lunes, 3 de noviembre de 2014

La quimio - lo más difícil

Retomo, después de muchos meses, este blog, para hablar sobre el capítulo más difícil para mi: la quimio.

Insisto en que siempre estoy hablando en primera persona y bajo la experiencia vivida. Sé perfectamente y soy consciente que cada caso y persona son totalmente distintos, y esto puede variar.

La quimio que recibí se dividió en dos fases. La primera, mucho más agresiva, tuvo una duración aproximada de 6 meses. Eran ciclos de una vez a la semana, durante 21 días. Debía estar en el hospital toda una mañana, unas 4 horas aproximadamente.

El paciente que se somete a quimio, tiene que dar unos mínimos de defensas en el cuerpo, para poder ser tratado. Para ello, se realiza un análisis de sangre a primera hora. Es un análisis rápido, cuya espera no suele exceder la hora. Si todo está bien, se puede proceder. Si es negativo, el paciente deberá esperar unos días (a petición del doctor), habiendo tomado, previamente,  la medicación necesaria para corregir esos niveles.

Otro detalle a tener en cuenta, es que te ponen una vía para inyectarte la medicación. Cuando te realizan la extracción de sangre, normalmente ya la llevas puesta. Así que tendrás que bajar con ella a la cafetería del hospital, o dónde quieras ir, durante ese tiempo de espera. Yo no solía salir a la calle con la vía puesta. No hay que estar en ayunas para dichos análisis, ya que son muy específicos, así que podéis estar tranquilos.

Cuando la medicación es muy agresiva, el paciente puede tener síntomas muy agotadores. El cuerpo de repente se te pone del revés. Dicen que es como estar embarazada, pero multiplicado por mil. La primera fase para mi fue la peor. Normalmente salía bien del hospital, hasta incluso volvía en transporte público, ya que los síntomas no aparecen hasta pasadas tres o cuatro horas de la finalización. Pero el factor psique es muy malo, y cómo ya sabes lo que te va a pasar, el cuerpo suele adelantarse. No tienen por qué aparecer vómitos, todo depende del paciente; desgraciadamente en mi caso sí fue así. Debía tomar una pastilla para evitar esos vómitos, pastilla que vomitaba también. El primer día lo pasaba en cama, vomitando cualquier líquido que intentaba tomar, y hasta, siento decirlo, llegaba a echar bilis. No podía estar erguida, necesitaba estar echada, porque era como mejor me encontraba. En la cama hasta el día siguiente...

Al día siguiente ya me podía levantar un poquito, pero normalmente también lo pasaba en cama, intentando tomar algún tipo de comida "seca". Cuando se tiene vómitos es mejor comer comida seca, ya que la sensación al tragar es más agradable, que si se intenta tomar algún caldo o puré. Las enfermeras siempre me decían de tomar pequeños sorbos de Coca-Cola, pero nunca me funcionó. De todos modos en el hospital suelen darte una guía con los tipos de alimentos recomendados durante el tratamiento, y según el tipo de reacción.

A tener en cuenta, también, que el sentido del olfato aumenta considerablemente. No es aconsejable que manejes alimentos que tengan olores agresivos, ya que todo esto hace que aún se le ponga a uno peor cuerpo. Si tienes a alguien que pueda cocinar por ti, mucho mejor. Yo tuve esa suerte. Y si puedes evitar entrar a la cocina, pues ese disgusto que te ahorras. Para mi abrir la nevera se convirtió en un verdadero suplicio. Además de los olores de los alimentos, también tuve que desenchufar todos los ambientadores que tenía repartidos por toda la casa. Y hasta incluso tuve que dejar de usar el perfume habitual, perfume que por cierto no he podido volver a ponerme.

El cuerpo y la mente tienen una capacidad tremenda de relacionar elementos. Y así ocurrió conmigo y el color naranja chillón. Ese color era el que tenía la bolsa que contenía mi medicación. Así que tampoco podía ver ese color, porque me entraban nauseas, estuviera dónde estuviera el mismo. Curioso ¿verdad?

Otro problema que los pacientes de quimio encuentran es que las venas suelen acabar muy castigadas, debido a los pinchazos. No fue mi caso, yo iba alternando de brazo entre sesión y sesión. Pero sé que en otros casos te pueden poner una válvula a la altura del pecho, y desde la misma te pueden poner la medicación sin necesidad de pinchar. Esta válvula (cateter) es fija durante todo el proceso de quimio (luego te vas a casa con ella puesta).

Ah! Se me olvidaba comentar que con la quimio, aunque las uñas no suelen caer, sí se tornan de un color oscuro bastante desagradable, tanto de manos como pies. Esto se evita aplicándote cada día aceite de argán (puro), que además va muy bien como hidratante natural para la piel. Todo un descubrimiento para mi!


 

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