sábado, 7 de diciembre de 2013

El principio

Para Agosto del 2012 concerté visita con mi ginecóloga. Era la revisión anual. Para esas fechas ya me había notado un bultito en el pecho, un bultito que no me dolía, pero estaba ahí. No era ninguno de los bultos que ya había tenido hasta la fecha (sí, yo soy una de esas mujeres con pechos dados a tener muchos fibromas). Era un bulto que se palpaba perfectamente a través de la piel, era como si estuviera a continuación de la piel y antes de tocar el pecho. Curiosamente, pocos días antes de mi visita con la doctora, el bultito se tornó más duro y comenzó a doler. Pensé que podia ser debido a que me tenía que venir la regla. Cuando la ginecóloga lo palpó, me echó la bronca, comentando que por qué no había venido a la consulta antes, pero era cierto que el bultito no llevaba ahí mucho tiempo. Yo no sabía el tiempo que llevaba ahí aquello, solamente lo supe cuando lo noté. La verdad es que la doctora casi me hace llorar, e incluso se disculpó antes de irme de alli. Solicitó una mamografía y una ecografía. Para la mamografía, me llamaron a consulta, cosa que normalmente no hacen. Ahi ya sospeché. Y aquel día iba sola... Me dijo el doctor que aquello hacía mala pinta, que si mi doctora me había comentado algo...

Volví a consulta de la ginecóloga con las dos pruebas. Ese día no estaba sola. Y la ginecóloga me lo confirmó: era cáncer. Me puse a llorar alli dentro, pero se me pasó pronto. La ginecóloga me derivó a una clínica de Barcelona, el Sagrat Cor, para comenzar con el tratamiento que estimaran oportuno.

Tras salir de alli, nos fuimos a tomar un café al lado del centro médico. Y desde alli llamé a mis hermanas para darles la notícia. Evidentemente no se lo podían creer. Me autosoprendió mi entereza a la hora de soltarles la notícia. La verdad es que me he autosorprendido yo durante todo este proceso. Porque yo era la que siempre decía "Uf! Si yo tuviera que pasar por eso, me hundiría!!!".

Anasthasia, Kylie Minogue, Terelu Campos... son tantas y tantas personas que escuchas por los medios que lo están pasando. Y respiras y piensas "Qué bien! Yo no lo tengo, que alivio".

Hasta que un día tu ginecóloga, delante de ti, te lo suelta, sin más, de una. Sin apenas pestañear.

Y no, al contrario de lo que decía. No me he hundido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario